sábado, 17 de abril de 2010

a Contracorriente

Siempre me sentí un rebelde sin causa, como que en la adolescencia fui demasiado tranquilo(bueno, en realidad tampoco es taaaaaan así) y me agarró la rebeldía tardía, aunque no tanto como a mi hermana menor.
A medida que fui creciendo me di cuenta que siempre iba contra la corriente. Ojo, no estoy diciendo que esté mal no seguir el rebaño, pero cada tanto resulta desconcertante verse tan lejos del resto. Desde que tengo uso de razón, excepto en ciertos períodos que tengo bien claro, siempre estuve expectante de poder tener una "relación seria" que, años más tarde entendí que lo importante era que fuese sana, pero de todas maneras constantemente recibía burlas y carcajadas como respuesta. Y ahora resulta que todos los putos están de novio, ¿cómo es eso? Parece que todo el mundo está enamorado, comprometiendose, casandose, yendose a vivir juntos. ¿Qué capítulo me perdí? ¿Acaso llegué (una vez más)tarde a la repartición de flechazos de Cupido? Que raro yo desentonando con el resto... Admito que siempre lo encontré como algo reconfortante el sentirme diferente, es como algo que necesito insonscientemente. No hablo de destacarme sino diferenciarme, tener eso(que varía según el grupo o la persona) que me haga sentir distinto, aunque cada tanto me harte ser "el especial" y deseo sentirme parte de algo, encontrarme en la misma página, estar a la par. En ciertas situaciones y (sobre todo)relaciones esto prácticamente es un requisito. Supongo que todo esto es parte del crecimiento(?), es un momento nomás y seguramente esto es obra del otoño que ya se apoderó de nosotros otra vez...

No hay comentarios:

Publicar un comentario