domingo, 20 de septiembre de 2009

Imposibles que un día Consigues sin darte Cuenta

A medida que crecemos vamos aprendiendo que nada es fácil en esta vida. Y si no lo queremos aprender, el destino se encarga de hacérnosla aún más difícil hasta que lo entendamos.
Cuando nos empezamos a formar como personas aparecen los deseos, las ambiciones, los sueños… Y esta en nosotros mismos (querer)darnos cuenta de que para alcanzarlos debemos esforzarnos, a veces más, otras no tanto, pero si se quiere se puedo, por más complicado e irracional que parezca el anhelo.
Un claro ejemplo de que los imposibles se hacen realidad son mi hermana y mi cuñado. Durante años y años buscaron ser padres, se enfrentaron a muchos estudios, operaciones, tratamientos, y cuando más cerca creían estar, aparecía algo que les arrebataba las oportunidades. Pérdida de fe, desaliento, tristeza… pasaron por todos los estados pero, nunca bajaron los brazos. Hasta en los momentos más difíciles siguieron adelante, continuaron intentándolo. Y cuando menos lo esperaron, llegaron las palabras que tanto ansiaron: “van a ser papás”, y para doblar la apuesta, tal vez como un premio por la eterna espera, había dos corazoncitos latiendo.
Sin exagerar y siendo lo más objetivo posible, mi hermana fue la embarazada más linda y feliz que vi hasta ahora. Ella y su marido disfrutaron al máximo cada momento de esos 9 maravillosos meses y, hace ya 9 días, están viviendo su sueño: nacieron sus hijas Ambar y Serena.
Virginianas como el tío baboso que está escribiendo en este momento, son el fruto de las esperanzas de toda la familia que los acompaña orgullosa y comparte la alegría junto a ellos.
Todavía me siento un poco extraño al verla a mi hermana con sus hijas en brazos, saber que son de ellas, que son eso que más quería y ahora, lo que más ama, pero sin dudas me hace sentir satisfecho, me llena de ilusión.
Lo más increíble y extraordinario de todo esto es que dos pequeños seres de apenas unos cuantos días de vida me recuerdan que los sueños, por más imposibles que parezcan, si se quiere, algún día se hacen realidad.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Frustrated Sex

Hace un año debería haber empezado a escribir un diario, así ahora publicaría un libro y al menos estaría lleno de plata. O tendría una serie(no sería la primera basada en un blog) acerca de la abstinencia de un puto adolescente. Bueno, ya casi adulto… peor aún.
La acumulación de hormonas, las frustraciones propias y ajenas, los miedos, las promesas sin cumplir(por parte de otros, claro está); los días que se convirtieron en semanas, las semanas en meses y de golpe, sin haberlo pensado nunca, pasaron 12 meses en el calendario mientras me sentía atrapado en la historia de Las Mil y una Noches.
Cuando me encuentro diciendo “los hombres son todos iguales”(sin incluirme porque me siento muuuy diferente al resto) o “son todos unos histéricos”, me siento el típico personaje estereotipado de serie yanqui de la solterona treintañera enojada con la vida. Pero no me parece justo. Uno tiene mucha responsabilidad en estos casos y no es una cuestión de andar echando culpas, sino de hacerse cargo y entender que uno, aunque sea inconscientemente, elige. Elige a las personas equivocadas, elige remarla con gente que no vale la pena, elige quedarse a pesar de saber que no es feliz, elige sufrir, elige no tener sexo aunque quisiera.
Querer es poder, pero ¿realmente quiero? Más allá de que en esta ocasión es algo que se hace de a dos o más(já!), por los avances que voy teniendo con la psicóloga, veo que es una cuestión mucho más profunda de lo que creía.A veces la vida parece un chiste y no queda otra que reírse, para llorar están las telenovelas. Muchos me preguntan “¿Cómo haces?”, supongo que será la falta de costumbre, o mejor dicho la costumbre de estar solo tal vez. La verdad es que no es fácil, sobre todo con la bella vista que tengo día a día en la ciudad, por momentos es como una tortura… Pero está en cada uno tomar las riendas del asunto, querer solucionar las cosas, salir del pozo. La vida se trata de enfrentar los miedos, correr riesgos, buscar cambios. Y aunque sé que no es sencillo, estoy cada vez más cerca de la raíz del problema y eso significa que también estoy cada vez más cerca de encontrar la solución.