martes, 2 de febrero de 2010

Confesiones desde el Sur...

De acuerdo, lo admito. Pero me confieso recién ahora sólo porque no me gusta hablar al pedo(aunque a veces no lo parezca) sino cuando realmente estoy seguro de lo que pienso/siento, más allá de que esto pueda llegar a cambiar o no.
Las parejas que van abotonadas por la vida, que parecen siameses ya que no se separan ni siquiera para ir al baño más o menos, me siguen pareciendo estúpidas. Sigo pensando que el amor disminuye descaradamente las cifras de los coeficientes intelectuales de la gente. Continúo opinando de la misma manera acerca de los sobrenombres idiotas que se ponen los enamorados y de lo asquerosamente dependiente que es incluso llegar a comer del mismo plato al mismo tiempo! Pero es todo una cuestión(de actitú?) de perspectiva. Cuando lo vivís desde adentro(sin llegar a los extremos anteriormente nombrados, claro está) es otra cosa. Cuesta mucho ponerse en el lugar del otro pero cada tanto la vida te da alguna linda sorpresa y debemos ser lo necesariamente abiertos de mente como para aceptar los cambios momentáneos que producen en nosotros y todo lo que ello conlleva.
No es que no recordaba sino que no sabía lo que era esa sensación de ser las dos únicas personas en todo el mundo; y no es un acto de egoísmo ni egocentrismo. Es una conexión difícil de conseguir y poco frecuente pero no imposible, y justamente esto es lo que lo hace tan especial.
El tiempo no es lo que le da el valor a las cosas, lo que hace que valga la pena es la intensidad.

Quería escribir algo antes de volver de mi viaje. Podría contarles las experiencias de mi primer contacto con la naturaleza en un camping, pero preferí dejar todo eso para más adelante. Sentí que esto tenía prioridad...

3 comentarios:

  1. Estás hablando de amor... ¡qué cosa hermosa!

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  2. Te falta el relato completo =) Espero verte pronto!!!

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  3. Sí, sí, sí! Veámonos pronto!!!!! ¿¿Ya volviste??, ¿cuándo estarás por Bs. As.?
    Besos

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