jueves, 18 de febrero de 2010

Safe Trip Home

[Hay sentimientos que pierden importancia con el tiempo, son situaciones momentáneas, mientras que otras perduran con el correr de los días. Como es habitual en mí, esta entrada comencé a escribirla hace 11 días pero, por una u otra razón hoy la pude terminar y acá está:]

Ayer recordé porqué no viajo muy seguido... por las despedidas. No me gustan, para nada. Desde el vamos soy muy nostálgico y saber que algo termina, algo lindo por supuesto, me pone un poco triste.
Hace algunas horas llegué a casa. Hacía más de 15 días que no veía a mi familia, a la mayoría de mis amigos. Me parece muy curiosa esa sensación tan extraña que se produce con las cosas propias pero que nos parecen ajenas, como si nos desacostumbraramos en tan poco tiempo y de golpe sintieramos que no son nuestras. Es como un deja vú constante, creer que todo es nuevo pero en realidad no lo es.
Ayer estaba en un lugar completamente diferente, lejos de la rutina, de los horarios, de los problemas, vivía una vida casi antónima a la que hoy vuelvo...
Es difícil volver a conectarse cuando uno no quiere, es difícil como cualquier otra cosa que se debe hacer y uno no quiere cumplir con sus obligaciones. Pero es aún más difícil hacerse cargo de lo que se siente pese a todo. El miedo de decir las cosas es por el peso de las palabras, la importancia que tienen, lo que provocan en el otro, las repercuciones que pueden generar. Que la distancia y el tiempo no se encarguen de modificarlas, eso es tarea de uno y tampoco es sencilla.
Hoy, de las tres palabras del título de esta entrada, la única que puedo afirmar es "viaje". No sé si fue seguro o si llegué a mi hogar, esas comenzaron a ser una interrogación que permanecerá abierta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario