martes, 17 de agosto de 2010

luz, Drama, acción!

Uno de los problemitas de las “lágrimas frustradas” es la sensibilidad inestable. Emocionarse fácilmente con un simple recuerdo propio, ajeno, una historia, una canción… Y continuar acumulando lágrimas hasta que por cualquier tontería se desborda el container y no hay pañuelo que resista.

Entre la medicación por mi estómago, las charlas con diferentes profesionales sobre lo de canalizar todo en la comida y luego de empezar a modificar los pensamientos y la manera de enfrentar las complicaciones, parece que algunas cosas empezaron a acomodarse.

Además de comer sin preocuparme por las repercusiones que pueda provocar en mi cuerpo, sin ir más lejos la semana pasada viendo “El Hijo de la Novia”(una de mis películas favoritas) lloré en todas y cada una de las escenas en las que aparece Norma Aleandro. Pero era algo instantáneo, las lágrimas caían una detrás de la otra sin fin, increíble. Aunque no es el único caso, con el final de “Six Feet Under” que vi hace unas semanas fue la misma situación, con llanto y angustia incluso.

Para dramas está la vida. No entiendo, tal vez no nos alcanza y por eso nos empecinamos en mirar novelas y series plagadas de muertes, rupturas y otras pérdidas para llorar por lo que no podemos(o no nos permitimos) llorar en la realidad.

Supongo que después de todo no está tan mal, creo que es mucho más sano buscar drama ficticio que en la propia vida y es mejor poder llorar por un personaje de la tele a no canalizar y terminar con una úlcera

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