martes, 8 de junio de 2010

el Efecto Corcho

Para mí es algo indispensable que cada persona sea quien realmente es, se acepte, se respete y este orgullosa de ello. Pero no alcanza sólo con eso, también es importante avanzar, evolucionar y para eso es necesario teCursivaner una mente abierta, saber escuchar y poder aprender incluso de experiencias ajenas y de esta manera asimilar lecciones sin la necesidad de cometer los errores.

Uno de los propósitos de este blog es tratar de ayudar a la gente con las reflexiones que hago sobre temas que me preocupan y cosas que me han pasado. Aunque en el caso de esta entrada voy a analizar desde mi punto de vista una teoría de una amiga, con el consentimiento de su autora por supuesto.

Es algo muy común olvidarse de uno mismo y de su alrededor cuando se comienza una relación amorosa, es como si no importara nadie más que esa “personita especial”. Pero el tiempo no se detiene, el resto del mundo continúa con su vida, el planeta sigue girando y a veces nos damos cuenta demasiado tarde. No siempre es fácil recuperar todo lo que dejamos de lado por ese tiempo: nuestras cosas, la familia, los amigos... Por eso nunca debemos corrernos del primer plano, no hay que dejar de hacer lo que nos hace bien y antes de elegir, hay que ver qué es lo que pesa más en la balanza: ¿Mi felicidad o dejar de ser quien soy para hacer feliz al otro?

En esos momentos nos sentimos un corcho en el fondo de un vaso con agua. Pero no nos damos cuenta que si vemos la mitad llena del mismo y dejamos de presionar con el dedo acusador, el corcho puede flotar y salir a la superficie, resurgir.

No hace falta tener que tocar fondo para poder renacer, lo importante es comprender qué es lo que queremos y de esta forma el cambio será mucho más sencillo de lo que pensamos. Nunca es tarde para ser feliz, simplemente basta con entender que solo uno mismo puede lograrlo.

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