sábado, 1 de agosto de 2009

Comparaciones Incorrectas

Comparar no es bueno y de hecho no me gusta comparar pero a veces no puedo evitar hacerlo. En estos momentos me comparo con otras épocas en las que estaba mejor y otras en las que estaba peor que ahora.
Cuando la realidad no es buena, cuando no me siento bien ni feliz ni me gusta la realidad necesito un escape. Es muy paradójico extrañar un momento en el que todo era una mentira, aunque yo estaba contento viviendo en esa fantasía.
Cada viernes me armaba el bolsito y me iba a Palermo, lejos de los problemas, de mi familia, de las obligaciones, de las explicaciones... No hacía nada, sólo taxi y delivery, dormía en cucharita y sin tener que tomar pastillas, el estómago estaba bien... Todo lucía bien, parecía ideal pero no lo era, simplemente era el escape que necesito ahora mismo, poder alejarme por un rato de todo. Hablo de paradoja porque justamente estoy cansado de las mentiras, de que me oculten las cosas, de los engaños, de la falsedad y todo esto es lo que había debajo de esa “escapada” semanal, aunque ésta tenía una máscara tentadora con ojos azules, casi irresistible. Era como echar la basura debajo de la alfombra y seguir como si nada pasara pero todo sale a la luz tarde o temprano y yo no tenía ni idea de lo que me esperaba, ni lo que estaba sucediendo. Sabía lo que quería, me conformaba con muy poco, me conformaba con nada y dando todo, para variar. Me sentía muy cómodo en mi escape de la realidad, son esas cosas que te hacen mal a la larga pero que al principio cuando no te das cuenta está bien…
Sé que estoy mejor ahora, a pesar de estar estancado en la cruel realidad, sin conformarme con nada, triste, ahogado en mis problemas, con ganas de llorar lágrimas que no salen, de gritar cosas que no sé.
Yo no creo en la venganza, cada uno cosecha lo que siembra y yo prefiero esperar a cosechar todo lo bueno que vengo sembrando y que me viene el doble de bueno por cada mal que me hacen. Pero siento que vengo acumulando tantas cosas negativas hace mucho tiempo y que todo puede explotar en cualquier momento y con la persona menos indicada. De más está decir que no quiero ni me parecería justo que esto suceda.
Hoy es uno de esos días en los que simplemente no entiendo ni soporto a nadie, ni siquiera o, mejor dicho, principalmente a mí.
Me encanta brindar ayuda, no sé por qué no puedo ayudarme a mí mismo, tal vez este esperando que alguien me ayude. Encerrado dentro mío, incómodo, pidiendo ayuda, sin tomar la mano que me extienden. Me resulta muy familiar esta situación pero en este caso me veo del otro lado de la pared, aunque esta pared la cree yo y sin dudarlo agarraría con todas mis fuerzas mi propia mano extendida hace unos meses. Con todo esto llegué a una reflexión: no extraño mis escapadas a Palermo, simplemente no quiero estar ni sentirme como lo hago ahora y cualquier otro momento parece ser más adecuado para vivir que el actual. Pero como dicen, no hay mal que por bien no venga ni que dure cien años y, al fin y al cabo, tarde o temprano todo termina…

1 comentario:

  1. No puedo explicarte cuanto me identifico con el escrito. Tratar de solucionar todos los problemas, escapar de los propios como si fuera una droga, que hasta notar que es un daño el escape seguis consumiendo..

    en fin....me gustó mucho..

    cuidate

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